lunes, 10 de junio de 2013

La Terapia del Shock

Sucede que siempre me ha costado seguir motivada con las cosas que realmente quiero. En primer lugar, porque al ver que las metas están tan lejanas e implican tanto esfuerzo, el conformismo se muestra como una opción de vida cada vez más seductora. Y en segundo lugar, soy demasiado positiva con respecto a la vida, y tiendo a no estresarme por nada. Esto último implica que no tomo nada urgente, y trato de relajarme lo más posible, por tanto ciertas cosas que tomo como “obligatorias” se vuelven “relativas” con el paso de los días. Es por esto, que conociéndome, creé hace semanas una especie de rutina para mantenerme motivada con las cosas que hago. Esto empezó sin premeditación, pero luego me di cuenta que era algo sumamente efectivo.

Todo esto partió así: un día llegué tarde a mi casa después de la U y había pizza y bebida servida para mí. Sabía que no era lo más sano para comer, pero me sentía especialmente fea y desanimada ese día, y necesitaba alegrarme pequeñamente por algo. Como siempre, la comida ha significado para mí una especie de tranquilizante, y la como finalmente por ansiedad. Ese día estaba sola en mi casa, por lo que puse mi computador en el comedor para acompañar mi comida con una de mis series favoritas. Mientras esperaba que se cargara uno de los capítulos, me metí a Facebook y una amiga había publicado un video de Dove “Real Beauty Sketches”.



Lo empecé a ver, y en la mitad del vídeo las lágrimas llegaron solas. Me sentí extrañamente identificada con ese vídeo. Desde ese momento decidí que haría algo para cambiar mi sentimiento, y al otro día partí con mi dieta. Estuve en esa dieta por tres semanas, y me sentí realmente feliz y tranquila durante esos días. Bajé cerca de 4 kilos, por lo que estaba orgullosa. Luego de esas tres semanas, tuve una serie de eventos un poco estresantes en mi vida y perdí el hilo en las siguientes tres semanas. Esas últimas semanas volví a sentirme mal. Mi dieta no estaba controlada y evité hacer deporte en lo posible “porque no tenía tiempo, y me sentía cansada”. No estaba motivada en cambiar, y me di cuenta que en parte, el primer empuje de lo que había logrado hacer antes fue gracias al vídeo de Dove. Necesitaba volver a estar motivada, por lo que decidí hacer algo: yo misma haría mi propia Terapia del Shock, que me permitiría estar motivada con esta dieta nuevamente. Y así que eso hice. Busqué en internet imágenes de motivación, vi videos de casos reales, y empecé de nuevo. Con la Terapia del Shock puedo conectarme con el lado más sensible y tomar consciencia de que en verdad es necesario cambiar mis hábitos alimenticios para tener una vida mucho más sana y para sentirme bien conmigo misma. Necesitaba cambiar mi mente primero para poder cambiar mi cuerpo, y es por eso que creo en demasía en el poder de la mente para lograr las cosas.

“Querer es poder”, y mi propia terapia del shock ayuda para alinear mi mente y mi cuerpo hacia los objetivos que quiero alcanzar. Si siguen lo que yo hice, no quiero que se depriman “a propósito” para que luego quieran cambiar. Quiero que tomen consciencia de lo necesario que es a veces cambiar de pensamiento y ánimo para poder lograr las cosas. Hay que detenerse y reflexionar qué es lo que uno quisiera cambiar para ser mejor. Y para ello, primero, es quererse uno mismo, para luego tomar las decisiones que sean necesarias para poder llegar a las metas propuestas.







miércoles, 5 de junio de 2013

Meta y Objetivos

La Gran Meta
Cuando tomé la decisión de adelgazar, fue justo y necesario plantearme seriamente cuántos kilos estaba dispuesta a perder en total. Para ello recurrí a mis escasos conocimientos de biología, los consejos dichos en el gimnasio y lo que me sugirió mi médico al momento de ir a su consulta. Entre sumas y restas, convine que necesitaría bajar cerca de 18 kilos para estar “supuestamente” como yo quiero, es decir, flaca y sana. Esa es la GRAN META.

Planteando Objetivos
Una vez definido lo anterior, fue hora de ponernos realistas e ir planteando pequeños objetivos que me ayudasen a cumplir este desafío, que es bajar los 18 kilos que quiero. Estos objetivos tienen como misión ayudar a cambiar mis hábitos de forma simple y permanente en el tiempo. Son objetivos realistas e inteligentes, pues sé que son llevables en la vida diaria y que no implican grandes esfuerzos de mi parte. En resumen, son objetivos específicos, mesurables, alcanzables, relevantes y de plazo fijo, como por ejemplo: “Desde mañana seré más activa, trataré de caminar lo más posible”, de modo que desde ese momento decidí que sacaría a mi perro al menos 2 veces por semana, y que después de mis clases no tomaría el Metro en la estación más cercana, sino a la que sigue. De esta forma, podré caminar de forma seguida al menos 30 minutos diarios (que es lo mínimo recomendado en cualquier dieta que se haga).
Otros ejemplos son: “Reemplazaré el pan blanco por pan integral”, “comeré la mitad de pastas y la mitad vacía que quedó en el plato la llenaré con verduras”, “nunca me saltaré el desayuno aunque esté atrasada”, y así… Todos los objetivos, por pequeños que sean ayudan a lograr alcanzar la GRAN META.

Noom INC. dice “Recuerda, perder peso es una maratón, no una carrera (de velocidad), cada paso que des hará que estés más cerca de la meta”. 


lunes, 3 de junio de 2013

Partimos


Parte este Blog junto con mi dieta.

Llena de ilusión y con un poco de miedo. Ilusión en lograr mi meta, y el miedo con que no logre llegar a ella. Desde luego, como era de esperarse, partí un Lunes, el día más simbólico y odiado por todos quienes nos atormentamos en pensar que desde hoy comienza nuestro ascenso al éxito, que no está por nada asegurado, y que se ve a todas luces que será un largo camino por delante.

Para empezar, tomé todos mis pensamientos positivos y decidí no achacarme por si algo ocurre mal: las tentaciones están a la vuelta de la esquina, pero una vez que se parte no hay que renunciar. Cambiar la actitud ante la vida sana, es por sobre todo, lo primordial. Si no se hace, es fácil caer ante la primera dificultad, pero al desear cambios de por vida, esas pequeñas caídas no son más que un pequeño episodio sin importancia, y de los que se aprende y se tratan de evitar.

La mejor dieta de todas, es un cambio de actitud. Dieta no significa tortura y vida sana no significa comer lechugas y salir a trotar todo el día. Hay que erradicar ese pensamiento de nuestras mentes, y dar cabida a una imagen llena de amor a lo que somos nosotros. Hay que dar lo mejor de sí y demostrar tanto al resto como a uno, que no hay nada ni nadie que nos pueda vencer.

Yo me quiero, por eso cuido mi cuerpo.

Así, parte “La Ruta de los Kilos”, donde juntos compartiremos la experiencia de lo que significa estar inmerso en la vida sana. Cueste lo que cueste, y dure lo que dure. Como dice Rosana “sin pausa, pero sin prisa”, tomaré el tiempo que sea justo y necesario para hacer pequeños cambios que me permitan tener grandes resultados en el futuro, y que sean perdurables en el tiempo.   

Como dicen: “You don’t have to be great to start, but you have to start to be great”.


Bienvenidos :)